sábado, 28 de mayo de 2011

McCartney Estelar

Y PORQUE SIEMPRE QUERRÉ A LOS BEATLES POR SOBRE OTRAS BANDAS
 
Antes de Paul McCartney, yo tenía una estimación tremenda por los Beatles. No solo como músicos, el amor que les tengo empieza desde descubrirlos gracias a mis papás a los 6 años a través de A Hard Day's Night -y escucharlos entendiendo que eran algo grande pero sin la magnitud que tomaría la en la adolescencia con todo el conocimiento de su repertorio completo- y ese algo especial que trascendía las letras de las canciones y la melodía alegre y positiva que me gusta hasta hoy. Los Beatles son algo especial, tienen eso que no hay en otras bandas. Yo lo sabía, pero nunca había podido palparlo realmente hasta el día en que vi a uno de ellos -y gracias a dios que llegó ese día- en el escenario. En ese momento realmente se cerró el círculo y comprendí porque siempre voy a quererlos por sobre los demás, ad infinitum.
 
McCartney se metió al público en el bolsillo desde que llegó. Será que nosotros somos emocionales y también pusimos de nuestra parte. Pero nunca antes había visto tanta emoción por un artistas, jamás en mi vida. Y he vivido varios conciertos, he saltado, he gritado, he coreado las canciones completas. Pero hay algo en este concierto que fue diferente.
Realmente sentí que McCartney entregó más de lo que nosotros le dimos de vuelta. Cedió parte de sí para el público que lo esperaba en el estadio monumental.
Eso no se ve en todos los grupos de rock de ahora. De hecho, ni siquiera en todos los grupos latinos, que deberían de ser mas cercanos a nosotros, por cosas de idioma o de cultura. Para citar un caso, el bodrio total que fue para mi ver a Fabulosos Cadillacs en el estadio nacional. De sí no entregaron NADA. Fueron, tocaron y se largaron. No vi mayor esfuerzo de su parte y después de un tiempo incluso admitieron que sólo se habian juntado por la plata.
 
McCartney fue diferente. Se molestó en hablarnos en español, en aprenderse una frase nuestra (Viva el Perú, Carajo!), en ondear la bandera junto con la de inglaterra, en agradecer, postear videos antes, durante y después de irse (anunciando el concierto, saludando con su banda, videos de su llegada, de su partida), pasearse por miraflores como un transeúnte más, subir al escenario a una persona y cantar con ella (en el soundcheck), y además decir que va a regresar. No sólo eso, su performance en el escenario era de entrega total, de agradecer por un público que pagó de sus ahorros para ver a un Beatles, que bien podría haberse comportado como una diva, pero que al contrario, hizo todo lo posible por conectarse.
 
Esa es la diferencia. Ahí comprendí porque siempre recordamos a los Beatles, porque han trascendido más allá de cualquier otra banda, porque desataron tanta emoción a donde iban. Por fin comprendi. Y por eso los voy a tener siempre en el corazón.
 

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