jueves, 30 de junio de 2011

Suprimiendo malos recuerdos

¿Creen que sea posible recordar solo lo bueno, o al menos, más cosas buenas que malas?
Ayer me preguntaba esto porque hablaba con una amiga sobre estas cosas, y que tanto influencia recordar cosas malas constantemente en la actitud que tenemos hacia los demás. 
Claro que influencia un montón. 
Si yo me pongo a recordar todas las cosas malas que me han hecho mis amigos, familiares, compañeros de chamba, etc., pues terminaría siendo una persona bien solitaria. 
Que recuerde o no esos momentos que me afectaron en el pasado depende de mi estado de ánimo, pero vamos, el estado de ánimo es una cosa terrible. Por lo que a mi respecta al menos, mi estado de ánimo es algo que tengo que controlar constantemente, como una especie de fuerza sobrenatural que me maneja y que tengo que apaciguar con mi razonamiento, con la lógica, con el "mejor deja pasar esto y no te embarques en algo de lo que te vas ha arrepentir". 

Algo de lo que me di cuenta últimamente es que muchas veces entro a un lugar, digamos una nueva chamba, y al menor problema pienso que no le caigo bien a mis compañeros. Supongo que me tomo las "ofensas" muy en serio o soy increíblemente rencorosa. No sé. Pero si voy por la vida pensando que todos están en mi contra me va a ir muy mal. 
Me di cuenta de esto porque en este último trabajo que tuve debo haberme quejado con mis papás unas diez mil veces sobre lo que pasa en la oficina, sin embargo, a sorpresa de ellos que alucinaban a estos fulanos como unos basuras totales, me celebraron mi cumpleaños (me compraron una torta y me invitaron a comer), y cuando dije que me iba me organizaron una despedida, que también fue invitación (no pagué nada) y me insistieron para que me quede. 
Mi mamá me dijo sorprendida que por lo que yo le contaba parecía que no iban a celebrarme nada. 

Por otro lado, hace poco celebré mi cumpleaños y un grupo de amigas de la universidad con las que contaba, que me aseguraron que iban a ir, no fueron y ni siquiera me llamaron para pedir disculpas o inventaron una excusa tonta. Ninguna. Ya no les hablo, porque me pareció una perrada bien fea de parte de ellas. Sobretodo porque yo si hice el esfuerzo de ir a sus cumpleaños, y es más, hasta medio organicé a la mancha para ir al cumpleaños de una de ellas. Todo eso, para que me plantaran MAL. 


¿Entonces que pasa? ¿Soy otra tarada autodestructiva? ¿Veo todo a través de un filtro de negatividad? ¿O es que hay ofensas que sí vale la pena tomarse en serio? Lo de mis amigas de la universidad también podría pasarlo por alto, pensar que así son ellas y hacerles lo mismo cuando me salga un plan mejor que andar con ellas, pero ¿No es mejor andar con gente que se toma la molestia de comprarte una torta y hacerte una despedia que de un grupo de cojudas que no te toman en cuenta ni siquiera para estar un par de horas contigo en tu cumpleaños? 

martes, 28 de junio de 2011

Charlie

A Charlie lo conocí en la universidad. Al principio me caía mal. Me parecía un escandaloso, un tipo que necesitaba ser el centro de atención todo el tiempo, un figuretti y eso me jodía. Físicamente es igualito al Jesse Pinkman de Breaking Bad, la serie de axn, aunque estoy segura que debe ser más alto. No me di cuenta al toque, pero lo miraba tratando de ver a quién me hacía recordar. Ahora cada vez que veo una propaganda de esa serie me acuerdo de Charlie, lo cuál es terrible. 

Como decía, al principio me caía mal, pero la primera impresión no interesa en casos como estos. El día que lo conocí justo estaba terminando de arreglar mi tesis y vivía pegada a una de mis asesoras que sabía bastante del tema que estaba tratando, para darme el último empujón que necesitaba para acabarla. De pronto Charlie apareció de la nada. Me intimidaba su presencia, pero supuse que era uno más de los alumnos que buscaba a mi asesora y se iría pronto. Vino ha hablarle, interrumpiendo lo que estábamos conversando y eso me jodió aún más. Era un gritón de porquería y hablaba con ella como si yo no existiera. Tenía ganas de golpearlo con mi rollo de planos y que se largara. Luego de un rato de soportar su barullo interminable, mi asesora tuvo un descanso para presentarme. En ese momento ella me estaba diciendo que viniera a uno de sus cursos en la universidad como alumna libre, porque yo estaba interesada y era una buena forma de empaparme de tema. Charlie me saludó y dijo que a él también le interesaba y que iba a ir como alumno libre también. 
Me sorprendió que dijera eso, pero pensé que me daba lo mismo. En ese momento solo me interesaba acabar la tesis y nada más.   

Así comencé a frecuentarlo, pero todavía con dudas sobre que cosa tramaba. 
Primero que nada, el tema del curso no era su tema propiamente. El también era tesista, pero no tenía mucho que hacer ahí. Supuse que lo único que le interesaba realmente era estar cerca de mi asesora y sobonearla todo lo que pudiera para sacarle información. 
En algún momento toda esa mala vibra que le tenía fue cediendo. No sé cuando fue, uno nunca sabe en casos como estos. Mientras lo seguía tratando me veía tratando de escucharlo para tratar de tener una mejor idea de quién era. Tenía unas ganas inmensas de ponerle una etiqueta pero todavía no la encuentro. Supongo que tipos como Charlie no se conocen aquí muy seguido. Ya no me resultaba tan desagradable como al principio, pero habían ciertas cosas que me llegaban de él. Primero, que se alucinaba de izquierda, cosa que a mi me llegaba. Digo, hay que tener conciencia del país donde vivimos, pero él llevaba esas ideas a un extremo ridículo. Para empezar, tenía esta idea del campesino como un ser puro y limpio que no era capaz de hacerle nada a nadie, y que solo es corrompido por gente que viene de la ciudad. Carajo, cada vez que hablaba esas huevadas tenía ganas de tirarle un balde de agua, pero como me había comenzado a caer bien no le ponía mucha oposición. 

Ya para cuando llegamos a mitad de ciclo me encontraba riéndome de las cosas que decía (las cosas graciosas que decía, digo, no riéndome de él), de sus ocurrencias, y hasta su forma de ser, gritona y escandalosa, me parecía linda, agradable, algo encantadora. 
¿Que mierda me pasaba? 
Yo solía odiar a tipos como Charlie. Siempre, desde que me acordaba los había evitado. Hay algo engañoso en ellos. Suelen ser tan accesibles, amables, simpáticos, graciosos. Todas esas cosas hacen que nos agraden, pero al mismo tiempo, esas cosas hacen que atrapar su atención sea casi imposible. Son personas imposibles de retener, de aguantar, siempre tienen que estar al centro de todo, estar aquí y estar allá. 
Por eso yo odiaba a tipos como Charlie y siempre trataba de relacionarme con fulanos tranquilos, chicos buena gente, algo pavos, como Santiago. Claro que al final no me fue muy bien con esa estrategia. 

Me imagino que siendo Charlie tan opuesto a Santiago esa fue la principal razón por la que me comenzó a gustar y a sentir otra cosa que simpatía por él. Desde todo lo que me había sucedido con Santiago me prometí buscarme a alguien que no se le pareciera en nada y de pronto estaba sentada al lado de la personificación de "no soy nada parecido a Santiago, ese hijo de puta" riéndome de sus cosas, tratando de agradarle, de arreglarme un poco más cuando sabía que iba a verlo, de darle alguna suerte de señal de que me gustaba más que como un simple conocido. 

El cerebro de las mujeres funciona de maneras extrañas. Me gustaba Charlie, me veía muchas veces en momentos donde no tenía que hacer ni en que pensar (como viajando en transporte público) pensando en él, que estaría haciendo y más importante aún, como me gustaría agarrármelo mal, hacer que se le doblen las piernas, que no tenga idea de donde está ni como se llama. Así había cambiado radicalmente mi manera de verlo. Pero por otro lado, a la par de esa idea pornográfica que tenía de él, había una voz en mi cabeza que me hacía recordar que Charlie no tenía intención de tener nada conmigo. Digo, en lo que a respecto a mi "manual de como entender a lo hombres" él no había hecho nada que significara definitivamente que algo podía pasar entre nosotros. 

Charlie es un tipo sociable, si bien se me acercaba ha hablarme, eso podía ser parte de su naturaleza y ya. También pensé en el hecho de meterse en un curso que no era su tema y que además era el lunes a primera hora (que significaba levantarse muy temprano para asistir), pero siempre regresaba a la idea que debía ser más por estar en contacto con mi asesora que conmigo, ya que hacía lo mismo con otros cursos. Y luego, algo que me sacó de quicio totalmente, un día me mando una chequeada mal, una de esas escaneadas de pies a cabeza que suelen hacer los hombres. Bueno, finalmente eso no quiere decir nada, me decía a mi misma, eso solo quiere decir que no es maricón y punto.

Luego de un tiempo pensé que debía hacer algo para acercarme más a él. Mi asesora tiene un grupo en el facebook para anunciar cosas del curso. Ahí estaba Charlie, y un día se me ocurrió agregarlo a mi facebook. Primero pensé que no aceptaría, pero luego lo hizo. Luego pensé que eso tampoco significaba nada, y pero que ayudaría de alguna forma a estar mas cerca. Y en eso vino lo peor. 

Un día vino al curso y dijo, a mi asesora, que se iba. ¿Que se iba a donde?, pensé. Le habían dado una beca de cuatro meses en Chile y se iba dentro de tres. Eso me destruyó el cerebro. En mi ilusa cabeza había pensando que en lo que iba del curso podía trabajar más ese acercamiento y ahora venía Charlie a ponerle fin, en una fecha que no me imaginaba para nada. 
Ahí fue donde definitivamente tuve que sentarme y relajarme. Estaba volviendo ha hacer lo mismo que con Santiago, a obsesionarme por detalles ínfimos, a creer algo que no existía. Charlie no tenía planes conmigo, ni siquiera de un one night stand, ni siquiera de un maldito revolcón antes de irse a su puta beca de mierda. 

Nada, y eso era probablemente lo único que quería de él. Un simple momento de liberación, un orgasmo al paso. Y ni siquiera eso podía tener. 

Charlie se iba, se acortaban los días, las semanas pasaban y yo sólo seguía descubriendo que me gustaba más y más. Un día me tocó el brazo y me pasó una sensación de electricidad por todo el cuerpo. En serio. Era una cosa inaudita. No me sentía así en mucho tiempo y me estaba matando saber que no podía ni siquiera tenerlo por un rato, ni siquiera podría agarrármelo, mucho menos tirármelo. 

El día que se fue casi ni lo anunció. Simplemente me preguntó que pensaba hacer en estos meses. Dijo que iba a regresar a la universidad, de repente meterse en otro curso. Yo le dije, a secas, que no sabía que iba ha hacer, porque ya tenía que sustentar mi tesis y probablemente ya no regresaría a la universidad de nuevo. Así de tajante fui y me despedí de el con un beso (en la mejilla) y un hasta pronto, ojalá nos vemos de nuevo, cosas que la gente dice cuando se despide. 

A veces me acuerdo de Charlie y fantaseo que me lo encuentro en algún bar en una de mis incursiones barranquinas, que nos tomamos un trago, que no nos decimos nada significativo, pero de pronto ya sabemos que cosa quiere el uno del otro, que agarramos con furia y que terminamos tirando en su casa o en la mía, da igual, pero que es justo lo que queríamos, que tenemos eso, ese encuentro que no se sabe a donde va a llevarnos, pero que es la liberación, la que tanto ansío después de tanto sufrimiento desmedido, después de tanto andar y andar sin encontrar nada.

Es una lástima que cuatro meses sean tan largos y que la vida sea tan perra. 


La red


Esta es otra de mis teorías: Todos tenemos redes.
¿Que es esto de La Red? De una u otra manera, nos demos cuenta o no, atraemos a una cantidad determinada de personas que nos encuentran atractivos por cualquier razón: física, emocional, intelectual. (digamos que prima lo físico muchas veces, que luego lo emocional e intelectual ya viene con el trato diario). 
Esta atracción es lo que a mi me gusta llamar "La red", que equivale a una red de pescador donde caen estos peces de todo tipo, unos que nos gustan más, unos que nos gustan menos, unos que no nos gustan para nada, unos que nos mueven el piso, en fin... La red se amplia basada en que tanto ponemos de nuestra parte para ser personas atractivas al sexo opuesto, desde arreglarse más a la hora de salir a la calle, hasta tener más tema de conversación, o simplemente ser diferente al resto. 

Cualquier cosa vale, y depende del medio donde te encuentres como para que te las arregles para tener tu red mas llena. Es decir, si trabajas en casa tu posibilidad de llenar tu red es más pequeña que si trabajas en una oficina de mas de 15 personas. Aunque eso no siempre es de acuerdo a la regla, creo que el lugar donde chambeas siempre desempeña un rol importante a la hora de llena tu red. Si viajas bastante es más probable que llenes y vacíes tu red con regularidad, por lo mismo que no estás ubicado en un lugar/espacio/territorio determinado por mucho tiempo y puedes tener mas relaciones casuales (no necesariamente promiscuas). 

Un factor importante es que muchas veces puedes tener tu red llena de gente, pero simplemente no te interesa llegar a tener relaciones con ninguno. Esto puede deberse a que te has empeñado con un "pescado" en específico (llamémosle Santiago, just because) y no puedes soltar ese recuerdo dulce/amargo que te está jodiendo la vida sexual. 

Otro factor interesante es de hecho no haberse fijado en ningún pescado en particular manteniendo la red llena de pescados pero nunca ligar con ninguno. Esto quizá se deba a que ninguna te gusta demasiado. 
Un consejo en ambos casos: elije al que te parezca más apetecible (tu elije que características encuentras apetecibles) y mándate. La vida es una y no tenemos 25 años toda la vida. Aprovecha y no te arrepientas nunca. 

Ahora, suficiente con tantas huevadas. Vamos al grano. 
¿A quién tengo en mi red últimamente? 
Eso ya es tema del próximo post.


Razones por las cuáles las mujeres odian los videojuegos

Estadísticas basadas en un estudio realizado por universidad de prestigio todavía por determinar.

domingo, 26 de junio de 2011

Sin estrategia

Cuando leo esos libros empresariales tipo Padre Rico Padre Pobre (no porque quiera, sino por que a algún profesor de gestión se le ocurrió que el libro es genial e imprescindible) me imagino que uno tiene que desarrollar estrategias de sobrevivencia en la vida. Todos lo hacemos de alguna forma, de manera inherente... ¿O no? 
Yo la verdad que siempre he tenido la certeza que las cosas me caen casi por suerte, que hay una especie de ángel guardián que hace que la gente me encuentre agradable, porque difícilmente siento que haga méritos para que los demás se acuerden que existo. 
Sé que suena a que tengo, no sé, como que no mucho amor personal, pero la verdad es que siempre dejo las cosas pasar, como si siempre tuviera una segunda oportunidad para hacer las cosas. 
Realmente siento que debe ser desgano, flojera, o una forma de evadir mi responsabilidad.

Por ejemplo, puede que me agrade un chico, que me guste tanto como para pensar que puede ser algo más, pero es tan grande mi desgano por hacer algo que casi siempre espero a que él de el primer paso. 
De repente porque ya sé que implica todo eso: otra vez embarcarme en esa montaña rusa emocional de no saber que trama la otra persona. 

Por eso no tengo estrategia, no sé decir cosas coquetas, no sé planear mis movimientos, no sé nada. Solo camino como una perdida por ese gran laberinto esperando no toparme con la misma piedra dos veces. 

martes, 21 de junio de 2011

Como saber que estás abusando del PS3

1. Cuando comienzas a jugar cuando hay luz de día y terminas de jugar ya es de noche.
2. Cuando paras de jugar cuando tu mamá te grita parada frente al televisor que la casa se está incendiando.
3. Cuando miras tu muro de facebook y tus últimos cinco actualizaciones tienen que ver con compras en el playstation store o trofeos ganados en juegos.
4. Cuando haces amigos bailando en el central plaza del playstation home y hacen planes para ir al bowling virtual.
5. Cuando tu vida virtual es más interesante que tu vida real.

SUELTA EL CONTROL Y PÁRATE DEL SILLÓN AHORA.

Vacaciones

Ayer me despedí definitivamente de mis co-workers. Renuncié, como siempre, cuando todavía me piden que me quede. Nunca me quedo hasta agotar todas mis balas, siempre me voy con la frente en alto y cuando la gente todavía me necesita. Supongo que me gusta esa sensación.

Eso y que además ya no soportaba seguir trabajando más.

¿No les pasa que a veces necesitan tener un momento para respirar y ordenar su vida?
Yo lo necesito urgente.

Estas son mis vacaciones. Probablemente las primeras desde que empecé la universidad.
Una mierda ser tan chancona, eh. Nunca lo intenten. Agota un huevo.

Esta canción la escuché manejando por última vez de la oficina a mi casa. Me quedó como anillo al dedo.

domingo, 19 de junio de 2011

Me importas, no me importas

¿Superar? Yo siempre me he preguntado que cosa significa superar algo. ¿Cuando uno sabe bien cuando se superan las cosas? ¿Cuando ya no te importan? ¿Y que significa que no te importe? ¿Que ya no te de un salto el corazón cuando sabes algo de esa persona que tanto significó paa ti?
Pasó un buen tiempo antes de que vea de nuevo a Santiago. Nuevamente me lo encontré, un dia que sali con unas amigas a bailar. ¡Ni siquiera había pensando en la idea de encontrármelo! Hace tantos días que me había perdido en las horas de trabajo y las miles de cosas que tenía por hacer que no se me había ocurrido siquiera que nuestros caminos se cruzarían de nuevo. Bueno, acepto que pensé una que otra vez en él en estos meses, pero luego desechaba la idea basada en el método del bloqueo.

Pequeña pausa: ¿Que es esto del método del bloqueo? Muy simple. Cuando no quieres pensar en alguien pero de todas maneras lo haces por impulso, lo que tienes que hacer es inmediatamente pensar en algo completamente opuesto a esa persona. Puede ser chamba, algún hobbie, leer un libro, ver televisión, escuchar música, salir con un amigo (a), ir al cine. Lo que sea. Tienes que encontrar una actividad que te haga olvidar que esa persona existe. Siempre hay algo que no está relacionado con ese sujeto que se ha fijado en tu cabeza. SIEMPRE. Y de ahí sale otro consejo importante: Siempre que estés con alguien debes guardar un espacio para ti, un lugar donde esa persona no esté, no figure. Un lugar que te sirva para escapar cuando las cosas se pongan negras.

Bueno, volviendo a la historia inicial, en estos meses me dediqué a emplear el método del bloqueo. Cada vez que pensaba en Santiago, me iba corriendo al PS3 a jugar Gran Turismo o Infamous y se me pasaba la sensación de melancolía. Si no tenía el PS3 a mano (digamos, si estaba en la oficina), agarraba mi Ipod y ponía música de ACDC. Santiago odia ACDC. Vale decir que he borrado todo el Pink Floyd de mi Ipod. Los Beatles también me regresan a esa sensación estúpida que detesto profundamente, pero gracias a Dios mi amor por su música va más allá de el recuerdo de un ex novio.
A todo esto: ¿Quien mieda odia ACDC? Santiago. ¿Por qué? Porque es un IMBÉCIL.

En fin, bloqueo y bloqueo y más bloqueo. Finalmente funcionó. Pasé fácil tres o cuatro meses sin pensar en el idiota, salvo pequeños exabruptos que solucioné con mas bloqueo. Dejé de soñar con él también. Sí, cuando recién terminamos (algún día les contaré sobre eso) soñaba con él casi diario. De pronto estaba en un sueño normal, haciendo cualquier idiotez y de la nada salía Santigo de algún lado, me hablaba como siempre, venía con su cara de pavo a hacerme alguna broma tonta, a tomarme de la mano, abrazarme de la cintura, y decirme cosas al oído que me hacían sonreír. Me despertaba odíándolo y llorando de cólera.

Bueno, en estos meses no soñé nada de eso.

Y de pronto, un día cualquiera, estoy hablando con una amiga y lo veo pasar caminando, como buscando a alguien. Me agarra en medio de una frase. El corazón me da un vuelco, pero trato de seguir conversando como si aquello no me hubiera removido el piso completamente. Luego regresa y vuelve a pasar y trato de actuar como si nada pero ya estoy pensando en miles de cosas: ¿Con quien vino? ¿A quien busca? ¿Que hace hoy acá?

Luego de un rato no pasa nada. Santiado desaparece y yo trato de emplear el bloqueo pero fallo porque en vez de presta atención a la conversación lo único que hago es pensar en las mismas preguntas una y otra vez: ¿con quien vino?, ¿a quien busca? ¿que hace hoy acá?. Sobretodo, ¿CON QUIEN VINO? QUIEN QUIEN QUIEN QUIEN...
Me mando un sorbo del pisco sour que tengo en la mano: No puedo estar en este plan eternamente. Ya estuve en este plan antes y no quiero regresar a estarlo de nuevo. Deja de pensar en ese idiota, disfruta de este momento y no pienses en huevadas.

Vuelve a pasar y esta vez parece reconocernos. Se acerca a saludar. Le sonrío mientras pienso que debo proyectar una imagen de superación personal, pero luego ese pensamiento me parece estúpido, ¿como carajo puedo proyectar esa imagen en dos segundos en que viene a saludarme? No hay forma, solo me queda sonreír, saludarlo, tener una mini-conversación de cinco segundos. Hola, como estas, que tal, si pues acá relajandome un rato, jaja, si oie pasala mostro, chau (beso) cuidate.

Se va y el resto de la noche me la paso pensando si me está viendo bailar, tomando este trago, hablando con mis amigas, riéndome, hablando con otros chicos, con aquel borracho que casi me tira su chela encima, cuando caminé hacia la barra a pedirme otro trago.

En resumen, ¿Cuando uno sabe que ya ha superado las cosas? ¿Cuando ya no te importan? Sí, pero dos meses atrás no pensaba en Santiago y ese día me la pasé pensando en él. ¿Cuando llegará el momento en que simplemente estas cosas me importen un carajo?

lunes, 13 de junio de 2011

Canciones para Tirar

Y cuando el alcohol ya estaba paseando libremente por sus venas, solo en ese momento tuvo las agallas de acercarse, besarlo y decirle bajito al oído finalmente lo que había querido decirle desde el primer momento en que lo había visto "hoy no quiero pensar en nada y quiero sentirlo todo". 














Teorías (de libre interpretación)

No es que los hombres sean prácticos y las mujeres emocionales; sino que para los hombre el sexo no es algo trascendental, y para las mujeres sí. 

sábado, 11 de junio de 2011

Consejos para evitar decepciones (los resultados pueden variar)

Los hombres de 25 años solo buscan una cosa: sexo. 
No te engañes. 
No, en serio: NO TE ENGAÑES.

No, no quieren a una chica con quien tener conversaciones interesantes, ni con quien comentar películas, ni con quien hablar de libros, ni con quien salir los fines de semana, ni con quien compartir sus vidas. 

Carajo, esas son huevadas de las mujeres. 
Nosotras queremos esas cosas. ELLOS NO.

Ellos quieren sexo, y de la forma más sencilla que puedan. Sin tener compromisos de ningún tipo.
Ellos quieren una chica que no les exija nada, que no les reclame, que acepte sus huevadas (perradas) sin decir nada y que esté dispuesta a tener sexo y que luego se desaparezcan por dos semanas sin saber de ellos, y que luego se vuelvan a aparecer por lo mismo.
Si aguantan tus vainas, si piensas que te están escuchando cuando hablas, lo más probable que están haciendo es tratar de verte las tetas por el polo o chequearte el culo cuando te volteas. 

Ya bueno, eso no es tan malo. Al menos, en mi experiencia, esos son los hombres más divertidos que hay. 

Si lo que buscas es divertirte y pasarla bien, lo más probable es que tengas que aguantar estas vainas. 
Sí, la vida es una perra. 
Muy difícil es encontrar un pata de 25 años que esté en plan de tener novia y que además sea divertido, gracioso, que esté en onda. Normalmente este tipo de hombre, el que quiere novia, es aburrido al hartazgo, predecible y soso. En mi sincera opinión prefiero aguantar a un pendejo que a un mongo o un gay reprimido que te quiere usar de pantalla.

Si, esas son tus dos opciones. Aburrido y soso. Divertido y pendejo.
Tú elije.

Gamer

En parte de las cosas que hice para evadir la realidad (supongo en parte la del país también debido a los últimos resultados electorales y las impresiones de todas las personas que me encuentro a diario que piensan en el futuro como un lugar negro y desolado) me sumergí en el mundo de los video juegos. Tengo una consola de PS3, la cual adoro. No me interesa mucho si alguien piensa que es absurdo o que los juegos son para niños. A mi me encanta sentarme una hora después del trabajo, jugar Infamous y desestresarme electrocutando un par de fulanos que me disparan del techo. Sí, tengo gustos raros, lo sé, pero es lo que me mueve, lo que me hace escapar de la realidad un rato y alucinarme un super héroe capaz de planear, volar cosas con sus manos y absorber energía de los postes eléctricos. 

Eso sí, no me considero Gamer. Hasta ahora mi colección de video juegos es pequeña, no me la paso obsesionada con obtener todos los trofeos, pero si tengo preferencias en cuanto a juegos. Si son de super héros mejor, pero me gustan cosas de aventura, tipo Uncharted o Lara Croft. 
De hecho, después de que me compraran mi consola de nintendo 64 mis papás me dijeron que esa era la última consola que alguna vez pensaban comprarme y que al menos terminara Zelda The Ocarina of Time antes de comprarme el tan ansiado Nintendo Cube que había salido en esa época. Terminé Zelda pero mucho tiempo después y ya para ese momento ellos pensaban que ya estaba grande como para comprarme mas consolas. Mentira, porque siempre quise una consola nueva. En fin, me contenté con los juegos de PC y me volvi super ultra fan de la franquicia de Tomb Raider. 
Este juego me encantaba. Primero, porque la protagonista es mujer y eso no se ve en muchos juegos (de hecho, no puedo pensar otro que tenga la misma fama). Segundo porque se trataba de vencer enemigos pero también obstáculos, rompecabezas, acertijos. Además, la primera entrega de Tomb Raider situaba a Lara Croft en Perú. Ya con eso tenía bastante. 
Terminé todos los juegos. TR I, II, III, IV, V. Despues del TR IV ya nada volvió a ser lo mismo. Para mi ese juego fue definitivo. Fue largo pero increíblemente interesante, una historia buena, gráficos (para la epoca) excelentes, desafíos interesantes, enemigos maleados, locaciones pajas... Fue a mi parecer el mejor juego de la franquicia antes de que pasara a manos de Crystal Dinamics. 
Después tambaleo un poco. Antes de que CORE dejara de producirlos, sacaron el Tomb Raider Editor, que permitió abrir toda una nueva gama de juegos creados por los usuarios. Esa etapa también fue paja, aunque habían juegos bien idiotas que nunca llegué a completar. 
Aún así, el cambio entre CORE y Crystal Dinamics fue duro, a mi parecer. 
Parece que el nuevo juego que va a salir en diciembre del próximo año va a ser increíble, muy a lo Uncharted. 

Después de mi etapa PC, finalmente llegué al PS3. Hasta ahora, es lo mejor que he probado en video juegos.
Eso sí, ya me estoy proyectando para comprarme el Wii U el próximo año. 

Este video solo lo entienden los que hayan jugado Zelda Ocarina of Time. Más fan...

Envoltorios

Si estas oculta, como sabre quien eres. 
Me amas a oscuras, duermes envuelta en redes. 

Dicen que aceptar las cosas es superarlas, y que una forma de aceptarlas es escribiéndolas. 
En cuanto a superación se refiere yo soy una nulidad. Me acuerdo de cosas que me pasaron a los seis años que todavía me frustran en un mal día o momentos de mi adolescencia que me ponen de mal humor cuando me las recuerda uno de mis lindos compañeros de colegio. Escribir, claro, ya lo hice, varias veces. Si supieran la cantidad de cerros de libretas que tengo en dos cajones de mi cuarto comprenderían que me la paso mucho, demasiado, casi todo el tiempo escribiendo huevada y media. 
Hace un año mas o menos que ya no escribo como antes. El cerro de papeles que antes tenía se ha reducido. Ya no quiero diseccionar mis sentimientos mas oscuros. Simplemente ya no me siento cómoda vomitando mis entrañas en un texto desgarrador. 

En esas libretas escribía de chicos a un 99%, aunque a veces pensara que no lo hacía. Los hombres siempre han sido y serán mi inspiración, porque me pueden llevar a tener sensaciones increíbles y al mismo tiempo, me tiran al suelo, me sacan la mierda. Uno puede encontrar gusto en eso, si no se da cuenta.

Lo cierto es que me he vuelto desconfiada con los hombres. Ya no les creo nada de lo que me dicen. Y tomo todo lo que me dan con pinzas. No odio a los hombres. No les tengo resentimiento. Me agradan, me gustan tanto como antes. Pero es que simplemente creo que ya no puedo enamorarme, es decir, creer apasionadamente en una persona, creer ciegamente en que me quiere como yo lo quiero a él. 
No sé, Santiago se llevó a esa chica consigo, a la que creía que había una sola persona en el mundo para ella. 

Ch-ch-changes

Ayer me sucedieron cosas que normalmente uno asumiría como malas. Yo prefiero asumirlas como buenas, como parte de un cambio saludable y necesario.

Para empezar, les contaré que estoy en un trabajo que odio. En sí el trabajo me gusta, pero es el espacio en el que me encuentro que me molesta. Es una obra, y no es el tipo de trabajo que había pensado hacer después de acabar mi tesis. No porque no me agrade estar en obra, si no porque siempre imaginé que al terminar el trabajo de la tesis (dos años de abstinencia en todo sentido) iba a entrar a una oficina grande, hacer amigos y probablemente olvidarme del fantasma de Santiago para siempre. 

De todas las cosas que esperaba en esa etapa de mi vida, ninguna se cumplió y me fustré terriblemente. Llegué a esta obra llena de viejos y obreros, maestritos de mi edad que trataban de afanarme y me deprimí. Encima, la amiga que me había pasado la voz para ese trabajo cambió su actitud conmigo completamente. Supongo que pensaría que por ser mi jefa ahora ya tenía que tratarme distinto. Yo no esperaba en trato especial, pero el que me dió fue terrible. Ya ni siquiera me llamaba para salir los fines de semana, como si no nos conociéramos de antes. Estos meses fueron terribles y traté de quedarme ahi por completar una etapa, ganar experiencia y pasarme otro trabajo. Como esa era mi primera chamba normal no quería dejarla a medias. Me aguanté y me acostumbré, porque la chamba era un reto y el trabajo si me llegó a gustar. 

Hasta hace un día atrás. La obra ya está concluyendo y yo me preguntaba ilusamente que sería de mi en estas etapas de demolición y excavación del siguiente proyecto. Me atrevi a preguntar a uno de los ingenieros de la obra y me contestó tajante que la verdad era que ya no tenían cupo para mi en la obra hasta julio del próximo año, cuando empezaran los acabados nuevamente (yo entré para apoyar en la etapa de acabados). 
Me desilusioné al principio, pero luego comprendí que era necesario para moverme. Que lo mejor era dejar ese trabajo, darme un tiempo para descansar mientras buscaba otra chamba y relajarme. 

Cosa que no hago hace tiempo. 
Por eso ahora estoy mas tranquila. Esos días negros ya fueron. 
Entendí una cosa importante: Prefiero estar en un lugar menos estresante y quizás si tan buena paga que un lugar al que me moleste ir todos los putos días de la semana. 
Y ya no quiero trabajar sábados. He dicho. 

Volvi. Ahora, back to bussiness.


viernes, 3 de junio de 2011

Los Propietarios (I)

Cuando viene un propietario siempre crea una expectativa absurda, como si se tratase de la visita de un rey y su comparsa. De hecho, cada vez que vienen es algo parecido, pero en una versión caricaturesca de cada personaje de la corte. Uno de estos, dueño del departamento más grande, vino un día de semana acompañado por su esposa. Se trataba de un blancón narizón, de esos que no te miran a la cara cuando te hablan, con el suficiente dinero como para pensar que es experto en todo. Viene y dice, en un tonito aburguesado, que los muros le parecen muy anchos y que el arquitecto no ha pensando en esto, que los pasadizos podrían ser mas grandes, que está desperdiciando espacio en muros. Su esposa, ese maniquí parado a su costado, vestida con ropa de marca y bolso a la usanza antigua de llevarlo apoyado en el antebrazo, asiente a sus delirios de arquitecto trafa. No le queda otra, él tiene la plata, èl tiene el poder, a ella solo le queda decir "si, amor", mientras camina de la mano del que es su amo y señor. Tampoco da para más la señora, bien vestida, bien peinada, bien arreglada, pero bien hueca también. Sube al ultimo piso y admira la vista desde su piscina, y luego de percatarse que el muro que divide este del lote vecino es muy bajo, lanza un grito ahogado, voltea y comenta a su marido, en el mismo tonito aburguesado: "Amor, que miedito".
 
 
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