domingo, 19 de junio de 2011

Me importas, no me importas

¿Superar? Yo siempre me he preguntado que cosa significa superar algo. ¿Cuando uno sabe bien cuando se superan las cosas? ¿Cuando ya no te importan? ¿Y que significa que no te importe? ¿Que ya no te de un salto el corazón cuando sabes algo de esa persona que tanto significó paa ti?
Pasó un buen tiempo antes de que vea de nuevo a Santiago. Nuevamente me lo encontré, un dia que sali con unas amigas a bailar. ¡Ni siquiera había pensando en la idea de encontrármelo! Hace tantos días que me había perdido en las horas de trabajo y las miles de cosas que tenía por hacer que no se me había ocurrido siquiera que nuestros caminos se cruzarían de nuevo. Bueno, acepto que pensé una que otra vez en él en estos meses, pero luego desechaba la idea basada en el método del bloqueo.

Pequeña pausa: ¿Que es esto del método del bloqueo? Muy simple. Cuando no quieres pensar en alguien pero de todas maneras lo haces por impulso, lo que tienes que hacer es inmediatamente pensar en algo completamente opuesto a esa persona. Puede ser chamba, algún hobbie, leer un libro, ver televisión, escuchar música, salir con un amigo (a), ir al cine. Lo que sea. Tienes que encontrar una actividad que te haga olvidar que esa persona existe. Siempre hay algo que no está relacionado con ese sujeto que se ha fijado en tu cabeza. SIEMPRE. Y de ahí sale otro consejo importante: Siempre que estés con alguien debes guardar un espacio para ti, un lugar donde esa persona no esté, no figure. Un lugar que te sirva para escapar cuando las cosas se pongan negras.

Bueno, volviendo a la historia inicial, en estos meses me dediqué a emplear el método del bloqueo. Cada vez que pensaba en Santiago, me iba corriendo al PS3 a jugar Gran Turismo o Infamous y se me pasaba la sensación de melancolía. Si no tenía el PS3 a mano (digamos, si estaba en la oficina), agarraba mi Ipod y ponía música de ACDC. Santiago odia ACDC. Vale decir que he borrado todo el Pink Floyd de mi Ipod. Los Beatles también me regresan a esa sensación estúpida que detesto profundamente, pero gracias a Dios mi amor por su música va más allá de el recuerdo de un ex novio.
A todo esto: ¿Quien mieda odia ACDC? Santiago. ¿Por qué? Porque es un IMBÉCIL.

En fin, bloqueo y bloqueo y más bloqueo. Finalmente funcionó. Pasé fácil tres o cuatro meses sin pensar en el idiota, salvo pequeños exabruptos que solucioné con mas bloqueo. Dejé de soñar con él también. Sí, cuando recién terminamos (algún día les contaré sobre eso) soñaba con él casi diario. De pronto estaba en un sueño normal, haciendo cualquier idiotez y de la nada salía Santigo de algún lado, me hablaba como siempre, venía con su cara de pavo a hacerme alguna broma tonta, a tomarme de la mano, abrazarme de la cintura, y decirme cosas al oído que me hacían sonreír. Me despertaba odíándolo y llorando de cólera.

Bueno, en estos meses no soñé nada de eso.

Y de pronto, un día cualquiera, estoy hablando con una amiga y lo veo pasar caminando, como buscando a alguien. Me agarra en medio de una frase. El corazón me da un vuelco, pero trato de seguir conversando como si aquello no me hubiera removido el piso completamente. Luego regresa y vuelve a pasar y trato de actuar como si nada pero ya estoy pensando en miles de cosas: ¿Con quien vino? ¿A quien busca? ¿Que hace hoy acá?

Luego de un rato no pasa nada. Santiado desaparece y yo trato de emplear el bloqueo pero fallo porque en vez de presta atención a la conversación lo único que hago es pensar en las mismas preguntas una y otra vez: ¿con quien vino?, ¿a quien busca? ¿que hace hoy acá?. Sobretodo, ¿CON QUIEN VINO? QUIEN QUIEN QUIEN QUIEN...
Me mando un sorbo del pisco sour que tengo en la mano: No puedo estar en este plan eternamente. Ya estuve en este plan antes y no quiero regresar a estarlo de nuevo. Deja de pensar en ese idiota, disfruta de este momento y no pienses en huevadas.

Vuelve a pasar y esta vez parece reconocernos. Se acerca a saludar. Le sonrío mientras pienso que debo proyectar una imagen de superación personal, pero luego ese pensamiento me parece estúpido, ¿como carajo puedo proyectar esa imagen en dos segundos en que viene a saludarme? No hay forma, solo me queda sonreír, saludarlo, tener una mini-conversación de cinco segundos. Hola, como estas, que tal, si pues acá relajandome un rato, jaja, si oie pasala mostro, chau (beso) cuidate.

Se va y el resto de la noche me la paso pensando si me está viendo bailar, tomando este trago, hablando con mis amigas, riéndome, hablando con otros chicos, con aquel borracho que casi me tira su chela encima, cuando caminé hacia la barra a pedirme otro trago.

En resumen, ¿Cuando uno sabe que ya ha superado las cosas? ¿Cuando ya no te importan? Sí, pero dos meses atrás no pensaba en Santiago y ese día me la pasé pensando en él. ¿Cuando llegará el momento en que simplemente estas cosas me importen un carajo?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tambien puede interesarte