martes, 15 de marzo de 2011

El dia después de mañana

Por todo el sufrimiento y la desesperanza, ese sentimiento que ya me olvidé -la verdad es que lo recuerdo de tanto en tanto, cuando me siento mas sola, mas deprimida- espero, de alguna forma, que el universo sea equivalente -justo sería la palabra ideal, pero no creo que al universo se le puedan atribuir esa clase de adjetivos- y te haga sufrir de alguna forma. Ya sé. Caí en la trampa, soy un cliché. La tipica despechada. Pero, ¿que quieres? Heriste mi orgullo y todo el mundo sabe que es ahí donde más me duele. Ojalá sufras, llores, te quejes, no tengas ganas de salir con tus amigos, te eches en tu cama a escuchar canciones deprimentes -Radiohead, Death Cab for Cutie, Arcade Fire y sobretodo Honestidad Brutal de Andrés Calamaro- y te sientas como una mierda, una basura, un despojo que nadie desea, un paria. Todos sabemos que cuando nos duele ahi -ya sabes donde- sentimos que nadie más se siente como nosotros. Esa peculiaridad es una mentira. Si buscas lo suficiente te vas a dar cuenta que hay una canción que va a ser igual a tu historia -que es la misma historia de todos, ya verás. 
Yo imagino que nunca has sentido nada como esto antes, y que esta clase de problemas no existen en tu vida. Por eso, cuando te sucedan mi venganza va a ser más dulce. Voy a mirarte -espero poder hacerlo, si en caso alguna vez nos volvemos a ver- y pensar lo patético y desdichado que te ves, lo triste y deprimente que debe ser escucharte hablar de la misma cosa -porque cuando te encuentras así hablas de lo mismo una y otra vez con quien tengas oportunidad de hacerlo- y como vas a cambiar, porque esas cosas te cambian, te transforman, para bien o para mal. 
¿Que mas quieres? Es lo único que puedo desear, lo único que se me permite en este punto.

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