domingo, 20 de marzo de 2011

El que ríe al ultimo, es un hijo de puta

Me calme, me tome un vaso de agua, me fume un pucho y comí un pedazo de torta de chocolate.
Me metí un rato a la computadora.
No queria entrar, pero tenía que hacerlo. De una vez por todas tenía que armarme de valor y borrar a Santiago de mis redes sociales. ¿De que otra forma podría superarlo sino? Tenerlo ahí solo me predisponía a tomar cualquier cosa que decía como una suerte de mensaje encriptado para mi. Me volvía loca tratando de descrifrar cosas que no tenían nada que ver conmigo.

Me repetía a modo de disciplina las cosas que sé ahora de él:
1. Tiene novia.
2. Apenas me saluda.
3. Yo lo quiero y él no. Es más, le importo un carajo.

Entro. Me loggeo. Y veo su puto nombre y al lado este mensaje de mierda:
"Can you read my mind"

Y me acuerdo de anoche.
Me lo encontré, solo, con sus patas. Era el cumpleaños de una amiga. Se acerca. Hablamos. Es incómodo, pero luego se va la incomodidad. Me acuerdo que es gracioso. Es gracioso, y me río, sin fingir, de las cosas que dice. Me relajo y me vuelve a caer bien. Me olvido que hace dos semanas atras lo vi con su flaca. Me dan ganas de preguntarle si de verdad es su flaca, quizás sea una amiga nomás, pero el solo hecho de pensar en preguntarle me hace sentir idiota. No sé si quiero algo con él de nuevo o si quiero olvidarlo. Preferiría ser indiferente, que me llegue encontrármelo o no. Concidencias. Mientras me cuenta algo del trabajo, de su trabajo, pienso que anoche nomás lloré cuando escuché una canción de The Killers después de ver Bridget Jones y cuando me fui a dormir soñé que regresábamos en una situación muy parecida a la que está pasando en este momento. Regresar. Y en eso, suena Read my mind.
Pero luego todo se va  la mierda. Santiago dice que ya regresa y nunca regresa. Luego lo veo conversando con sus patas lejos de donde estoy.

Y ahora ese mensaje del carajo.

Cerré el msn. No pude borrarlo.
Y me fui a llorar, de nuevo.

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